lunes, 13 de septiembre de 2010

Y pasó por un zapatito roto...


Hace un poco más de tres años abrí este blog. Mis objetivos nunca fueron muy nobles. Quería contar, quería que alguien más escuchara la frase que tenía en mente. No me importaba el tema, mi rollo era la forma. Yo quería escribir un cuento; de aros, de mujeres, de albóndigas, lo mismo me daba.
Lo que no esperé que sucediera es que -ni cuento, ni realidad- en este lugar terminaría por dejar lo que me incomodaba guardar; problemas, penas, aventuras, recuerdos. Finalmente, aquí encontraba la calma al ver lo que en ninguna coordenada existía. Sin embargo, desde hace un tiempo, tengo la sensación de que ya no tengo nada que decir en este espacio.
Escribo esto ahora para esas personas que, por un motivo u otro, volvieron a pasar por aquí. A todos los que hicieron eso, primero les quiero pedir perdón por haberlos utilizado y segundo les quiero dar las gracias por lo mismo. Luego, también quiero pedirles perdón y darles las gracias a todos esos personajes que alimentaron cada una de las historias que me rondaron.
Ya nos volveremos a ver.
Hasta pronto.